La noche estaba fría y desolada, Aidan seguía contemplando el cielo estrellado, hasta que miro el reloj dándose cuenta de que eran las 10 de la noche, una vez más había ido a esperar por delante de la casa en donde estaba viviendo Olivia, pero todas las luces estaban apagadas - Quizás la mujercita ya está dormida - Murmuró el hombre, pero entonces se percató de la presencia de otro vehículo, un vehículo con el cual ya se había encontrado - No te rindes Fráncfort - Aidan se colocó ambas manos en los bolsillos y se acercó hasta el hombre que también se percató que Aidan se estaba acercando a él.
Mientras tanto, en el balcón del segundo piso, Frida, que había decidido no salir al encuentro con Alexis, los estaba observando con el ceño fruncido con el Gran Jefe y el CEO Fráncfort cerca nada bueno podía pasar, mientras los hombres estaban cada vez más cerca de quedar frente a frente, Aidan tenía el rostro de pocos amigos no ocultando su claro disgusto por la presencia de Alexis.
— No me di