Alessandro y Alexa despertaron con la llamada de Luggina.
— ¡Papito! ¡Seguro los desperté!. — Una risa se escuchó cuando Alessandro le contestó.
— ¡Hija! ¿Que sucede por qué estás llamando a estas hora? ¿Ya viste qué hora es? Tú nunca despiertas a esta hora a menos que tengas una urgencia.
Eran las seis de la mañana y Luggina ya despertaba a Alessandro.
— Si papá, es que hoy tengo ganas de papá Alessandro, y quería pasar el día con ustedes.
— Hija tú no necesitas permiso para venir, esta es tu casa y somos tu familia.
— Salgo para allá y desayunamos.
Luggina se arregló y se despidió de su Nana Zuria.
— Nana, diles a mis que hoy seré Berlusconi D'Alessio.
Zuria sonrió y abrazó a su pequeña Lugg.
— Ve mi niña, trata de aplacar ese huracán antes de desatar lo.
Luggina abrazó a su Nana y salió para bajar y elegir uno de sus carros .
Miguel Ángel la custodiará como siempre, miró cada uno de sus autos y eligió otro de sus favoritos. Un Lamborghini huracán black.
— Como voy a provocar al hur