Brianda se quedó pensativa, hasta que decidió romper el silencio, sin percatarse de la llegada de Raquel.
-Daniel, yo te quiero muchísimo pero, lamentablemente, de quien estoy enamorada es de Oliver. No quiero hacerte daño, pero te mereces que sea honesta contigo. -dijo Brianda sin más dudas.
Oliver suspiro aliviado, pero Daniel se había quedado en shock.
-¿De verdad vas a perdonarlo? -respondió éste con un hilo de voz.
Brianda simplemente guardó silencio.
-Bien, entonces... Suerte. Con él y con sus mentiras.
Daniel se marchó sin mirar atrás, pero las lágrimas rodaban por su rostro.
Roxana, desde la otra punta, observaba la escena sin atreverse a mencionar nada.
-Oliver, querido, ¿Tienes ya cinco minutos para mi?, ¿O es que me tocará pedirle cita a tu secretaria igual que tu esposa? -la voz de Raquel sacó a todos de sus pensamientos.
-¿En algún momento piensas dejar de ir tras Oliver?, ¡Eres patética, Raquel! -gritó Brianda.
Oliver quedó sorprendido y las comisuras de sus labios se c