16 de abril de 2021
James
No podía evitar sentir que algo estaba mal, como si todo esto no fuera más que una trampa. Mi padre, Thomas Windsor, me había citado en su casa para hablar sobre el estado de salud de Giselle, pero al instante de entrar, supe que no era solo eso. Algo en su tono me dio la sensación de que no quería solo una conversación de padre a hijo. La casa, siempre tan fría y solemne, parecía incluso más distante hoy. El aire era espeso, como si los muros mismos supieran lo que iba a pasar. O lo que iba a suceder.
Cerré la puerta tras de mí con más fuerza de la que hubiera querido, pero mi paciencia estaba al límite. Mi mirada se posó en mi padre, que estaba sentado en su sillón de siempre, con esa mirada que me recorría de arriba a abajo como si pudiera leer mis pensamientos. Estaba esperando, como si ya supiera lo que iba a decir. Quizás lo sabía.
—No quiero hablar de Giselle —le solté de golpe, sin pensarlo demasiado. Ya había tenido suficiente de las manipulaciones d