Oliver en el pasado creyó que, si en algún momento se volvía a encontrar con Erika, se iba a sentir impotente, enojado y que le iba a gritar, que la iba a rechazar y humillar. Sin embargo, no sintió nada cuando la escuchó pedirle perdón.
—No hay nada que perdonar —le dijo—. Tú tomaste el camino más conveniente para ti en ese momento. Necesitas casarte con un hombre con dinero, que te pueda dar el estilo de vida al que estás acostumbrada. Y yo en ese momento había quedado en la quiebra. Fuiste realista, tú estás buscando un hombre con dinero. Espero que puedas conseguir el esposo millonario que estás buscando.
Notó que las manos de Erika estaban temblando y sus ojos se llenaron de lágrimas.
—Yo quería casarme contigo, en realidad, quería hacerlo —confesó la chica—. Siempre he estado enamorada de ti, siem