Sonia lo miró y respondió:
—En la playa, abajo.
Su respuesta no pareció satisfacer a Andrés, cuyo ceño se frunció aún más.
—Esto no es nuestro país, ¿sabes que es muy peligroso que salgas sola?
Sonia quiso responderle que si era así, ¿por qué la había traído entonces?
¿Acaso debía quedarse encerrada en la habitación esperándolo todo el tiempo?
Pero tras pensarlo un momento, decidió no contradecirlo y simplemente asintió con un suave "mmm".
Esta reacción desconcertó a Andrés por un instante.
—¿Has vuelto porque tienes algo que hacer? —preguntó ella.
Andrés volvió en sí y, mirándola con cierta extrañeza, dijo:
—Vengo a buscarte para que conozcas a alguien.
—¿Una fiesta?
—Sí, es un amigo mío de aquí.
La mirada de Sonia cambió ligeramente.
No sabía si el "amigo" al que Andrés se refería era alguno de sus socios del fondo de inversión.
Aunque recientemente había estado buscando pruebas en su estudio, era improbable que Andrés la llevara ahora mismo a conocer a sus socios, ¿verdad?
Pensándo