La relación de las parejas en aquella cabaña avanzaba con los días de distinta forma, Emma hacía gala de su experiencia culinaria en platos y pasteles exquisitos, todos estaban de acuerdo en lo espectacular del talento de la Beta; menos Arthur…
Para él nunca sobraba pastel, su plato siempre estaba quemado, seco, o salado, Arthur lo soportaba con una sonrisa irónica, mientras el resto se burlaban mientras comían.
—Arthy te doy mi trozo de pastel —murmuró Rhiannon—, voy a recostarme un rato.
Gerald se levantó para ir con ella y ella negó con la cabeza.
—¿Estás bien? —expresó Gerald preocupado.
Ella sonrió y puso una mano en su mejilla.
—Quiero descansar un rato; sola…
Rhiannon caminó un poco tambaleante y Briana que estaba más cerca la sostuvo, Kevin estuvo de inmediato a su lado.
—Te llevo.
—No hermanito, estoy bien, quiero estar un rato sola, la meditación me ayuda —miró a Emma—, gracias Emma estaba delicioso.
—Despreciaste mi pastel de chocolate, me sie