Lucía
Mis ojos están fijos en el hombre tendido en el suelo, la mente me da vueltas y una sensación de náuseas me sube desde el estómago.
Esto… esto es más de lo que puedo soportar.
La imagen es grotesca: su rostro hinchado por los golpes, la sangre seca en su boca y la mirada cargada de burla, a pesar de su estado. Mi cuerpo tiembla y siento que me falta el aire, sin embargo Dante está tan normal como si no hubiese un hombre desangrandose a sus pies y es ahí que entiendo la grandeza de su situación: esto es normal.
Lo es porque él es el capo de la mafia italiana y esto debe ser ... .Debe ser nada en comparaciín con las cosas que ha debido ver, que ha debido hacer.
Y aún así… Aún así decidí quedarme.
Dante da un paso hacia mí, su voz es baja, pero tan helada que me estremece.
—Empieza a hablar, Lucía, mi paciencia tiene un límite. ¿De dónde lo conoces?
Trago en seco, sintiendo mis piernas tambalearse y mi corazón ir cada vez más rapido mientras intento ordenar mis pensamientos.
Mientr