Capítulo 23
Caminaba por la playa, sintiendo la suave brisa con olor a sal sobre mi rostro, mientras mis cabellos se movían hacia atrás, volando libres con el viento, con pies descalzos, sintiendo la esponjosa espuma de las olas sobre mis pies y los granitos de arena bajo ellos. Levanté la vista para ver a mi pequeño Amir, que ya no era tan pequeño, cabe destacar, tenía catorce años, y era lo único que me ayudaba a luchar cada día, era mi fuerza, mi razón de ser, la única esperanza que aún poseía.