Una serie de información oscura y difícil de entender apareció de repente en su conciencia.
Comenzó a intentar comprender, pero pronto le empezó a doler la cabeza, y tuvo que detenerse.
El dolor agudo en su alma finalmente lo sacó del estado etéreo, haciéndolo despertar por completo.
Simón suspiró largamente, con una sonrisa en el rostro, y guardó los huesos cristalinos en su mano.
Mientras tanto, su Verdadera Técnica del Dragón, sin darse cuenta, ya había alcanzado el tercer nivel; su energía espiritual y su fuerza habían experimentado totalmente un gran aumento, su poder se disparó.
En ese momento, se volteó y vio a la gente parada al lado, todos mostrando absoluto respeto, lo cual lo desconcertó.
Luego frunció levemente el ceño, miró a la multitud y dijo lentamente: —Todos han visto lo que ha pasado, ¿alguna observación que quieran compartir?
La gente bajó la cabeza de inmediato; no tenían absolutamente nada que decir. Simón era ahora el gobernante aquí, y solo él tenía derecho a ha