Simón dijo con calma: —Solo necesitas entrenar muy bien. Cuando alcances el nivel de Rey Espiritual, te reconstruiré el cuerpo y podrás ser una persona nueva.
—¿Rey Espiritual? Dime ¿qué es eso? — preguntó Pancracio con una expresión de total desconcierto.
Simón respondió con frialdad: —Lo sabrás a su debido tiempo.
Dicho esto, Simón lo envió directamente a la semi-dimensión. En cuanto a las técnicas de cultivo necesarias, ya estaban impresas por completo en su alma.
Si se esfuerza o no, depende de Pancracio mismo, y esto también es un verdadero castigo para él.
No podía ser que se saliera con la suya después de haberle robado su dinero.
Tras hacer esto, Simón miró fijamente a Laureano y le dijo con firmeza: —¿Estás realmente decidido a ser mi seguidor?
—Sí, señor, lo juro por el honor de mi familia.
Laureano con humildad se arrodilló sobre una rodilla y realizó una reverencia de nobleza antigua, haciendo un juramento solemne.
Simón aceptó y después de escucharlo y dijo: —Entonces ve