CAPÍTULO 38: El malo siempre fue él.
Aiden y Liam estaban en la sala, hablando en voz baja sobre los próximos pasos para la finca y cómo manejar la situación con Mathew. Estaban sentados juntos en el sofá, compartiendo un momento de paz después de tantos conflictos y malentendidos. Justo cuando ella se recostó en el hombro de Liam, se escucharon pasos en la entrada.
La puerta se abrió y Evelyn, la madre de Liam, apareció en el umbral. Su rostro se iluminó al ver a su hijo y a Aiden abrazados.
—¡Evelyn! —exclamó Aiden, soltándose ligeramente del abrazo de Liam, pero sin apartarse completamente—. Qué sorpresa verte aquí.
Evelyn sonrió ampliamente, su mirada se llenó de ternura y alegría.
—Vine a saber cómo está Leo. Me enteré de lo que pasó y no podía quedarme sin venir a ver cómo está mi nieto —expresó, avanzando hacia ellos.
Liam se levantó y abrazó a su madre, seguido de Aiden.
—Gracias por venir, mamá. Leo está mejorando. Han sido un par de días difíciles, pero parece que todo está mejorando —explicó Liam.
Evelyn asint