CAPÍTULO 35: Obstinación.
Salieron del hospital y caminaron hasta un restaurante cercano. La cena fue tensa, casi no hablaron, cada uno inmerso en sus propios pensamientos. Fiore, ajena a la incomodidad de los adultos, disfrutó de su comida, haciendo pequeños comentarios que rompían el silencio de vez en cuando.
Después de cenar, regresaron al hospital. Leo seguía durmiendo profundamente, y Aiden decidió quedarse con él esa noche.
—Liam, yo me quedaré con Leo. Necesito estar aquí con él —avisó, mientras acomodaba una silla junto a la cama de su hijo.
Liam asintió, aunque su rostro mostraba preocupación.
—Está bien, Aiden. Pero antes de que te acomodes, necesito hablar contigo —advirtió Liam, llevándola a un rincón apartado de la habitación—. No quiero a Mathew cerca de Leo. No confío en él y no creo que sus intenciones sean puras.
Aiden sintió una ola de ira subir por su pecho. Había confiado en Mathew durante años, y no podía entender por qué Liam desconfiaba tanto de él.
—Mathew es de la familia, Liam. Ha es