Liam apretó los puños, tratando de contener su ira.
—¿Qué más necesitas, Aiden? ¡El perito lo confirmó! La finca tiene un gran potencial. Mathew te está engañando, y tú estás permitiendo que lo haga —expresó apretando los dientes, la vena de su frente saltó.
Aiden sintió que las lágrimas amenazaban con brotar, pero se negó a ceder.
—¡Estás paranoico, Liam! Mathew siempre ha sido honesto y leal. ¿Por qué no puedes aceptar que no todos están en tu contra? —gritó, sus ojos brillaron con rabia contenida.
Liam se acercó más, su rostro quedó a unos centímetros del de Aiden.
—¡Porque he visto lo suficiente para saber que algo no está bien! Estoy tratando de proteger lo que es nuestro, y tú te niegas a ver la verdad —advirtió con voz tensa.
Aiden lo empujó, su frustración alcanzaba el punto de ebullición.
—¡No me toques! No tienes derecho a decirme a quién debo confiar. Mathew ha sido más confiable que tú en muchos aspectos —espetó, con su respiración agitada.
Liam dio un paso atrás, las p