capítulo 5

**Morgan**

Odiaba volar era una de las actividades menos favoritas en mi lista de actividades indeseables. El vuelo se había convertido en algo agobiante, el eterno silencio solo hacía que todo fuera más incómodo, Elizabeth se dedicaba a sus cosas de negocios apenas y me pone atención, ella estaba sentada al otro lado del avión, sonrió al verla, “parece un pulpo” con su laptop en la mesilla, un celular en su mano mientras escribe y un audífono en su oído por el que habla ladrando órdenes en otro idioma que no entiendo, soy consciente de que era posible que esté enfadada conmigo por mi pequeño berrinche, pero no era mi culpa, cuando escuché que alguien más había tocado mis cosas sin permiso me irrite, ella coronó todo actuando como la bruja reina, menospreciando mis sentimientos como siempre, me hacía sentir tonta e infantil.

Un suave golpe me saca de mis pensamientos, Elizabeth por fin ha cerrado la portátil dejándola a un lado, también el celular lo deja en la mesilla, coge el bolso que se encontraba en el asiento a la par de ella, se levanta, y desaparece detrás de una puerta al final del pasillo.

Ahora si, este viaje en avión acaba de ponerse más deprimente, la compañía de tu némesis era mejor a estar sola. Por alguna razón no tenerla cerca me pone más tensa, suelto un sonoro suspiro y cierro los ojos empezando a contar conejitos para ver si puedo dormir aunque sea una pequeña siesta antes de llegar a nuestro destino, conté catorce conejitos antes de empezar a soñar con tortugas comiendo pizza.

-Morgan- escucho mi nombre, abro los ojos con pesadez Elizabeth estaba frente a mí con el cabello húmedo, con un vestido color amarillo bebé, y olía realmente bien- Deberías cambiarte de ropa para que estés más cómoda- me dice, me toma unos segundos procesar sus palabras, pero aun en la bruma del sueño puedo apreciar lo hermosa que es, sin una gota de maquillaje en su rostro su belleza se vuelve hetera. Ella toma el asiento frente al mío -En la parte trasera hay una ducha, allí puedes asearte- me dice, se nota cansada, pero se las arreglas para ser la mujer más elegante con la que he estado en mi vida, bebe un trago de su Mimosa -Elegí una muda de ropa para que te cambies ¿espero no te moleste?

-No, gracias- le respondo con la voz un poco ronca por mi sueño.

-Se te ve cansada- apunta -La ducha te ayudará

 Solo asiento como respuesta, me levanto digiriéndome a la parte trasera, ella no se equivoca estoy realmente cansada que mis párpados se cierran solos, el agua caliente de la ducha me ayudó a relajarme, fue una mala decisión si quería combatir mi sueño, vestirme sin quedarme dormida fue un triunfo personal, era una vestimenta bastante simple jeans azul desgastados, camiseta gris oscuro y unos tenis de tobillo alto, cuando salí me encontré con que Elizabeth estaba al teléfono hablando en otro idioma que tal vez sería italiano, no lo sé con certeza, pero fuera el que fuera ella lo habla con tal fluidez que me hace verla con cierta admiración !no me digas que ahora eres su fan! me pateó mentalmente para volver a concentrarme, tome asiento en mi lugar y cierro los ojos.

-Llegaremos en diez minutos- dice Elizabeth tan de repente que me asusta- abrocha tu cinturón- me lo dice en forma de orden.

Y aunque quería discutirle no lo hice, estoy demasiado cansada para eso, así que solo lo hago

El aterrizaje fue todo un éxito, nadie murió, pero apenas pude estirarme al detenerse el avión.

-Dios me duele todo el cuerpo- me queje, Elizabeth venía detrás de mí, fue algo instintivo ofrecerle mi mano para ayudarla a bajar las escaleras- Las piernas me pesan - caminamos manteniendo nuestras manos unidas.

-No te quejes, no ha estado tan mal-dice tras de mí - Despabila que aún nos faltan 45 min en auto para llegar al puerto- me dijo entrando al SEDÁN negro que ya nos esperaba.

No estoy segura, pero mis huesos comenzaron a llorar en el mismo momento que entre al auto, no conversamos de nada, Elizabeth estaba en su mundo de negocios y yo en mi mundo personal ¿Cómo estaría Mike? Hace un par de días que no lo miro y admito que extraño al mocoso, ¿Cómo lo estará pasando Carl? Seguramente que cansado el pobre no se había despegado de la cama del mocoso ni un segundo ni cuando lo echaron a patadas de la habitación. No puedo pensar más, los últimos días me sobrepasan, por primera vez en mucho tiempo me siento sola y sucede que la única persona que puede entenderme no le agrado, cierro los ojos tratando de consolarme a mí misma, pero caigo en los brazos de Morfeo sin quejarme.

******

**Elizabeth**

Era la segunda vez que Morgan se quedaba dormida, realmente debe estar exhausta, la ordinaria había estado peleando con el sueño todo el tiempo desde que subieron al avión, ella también estaba cansada y esto que ella estaba más acostumbrada a este tipo de vida tan demandante así que podía imaginar el agotamiento de Morgan, pero la pelinegra no protestaba sobre su cansancio, después de su riña apenas y había dicho nada, no habló en todo el vuelo solo la miraba de vez en cuando, para luego apartar la vista, luego de un tiempo volvía a verme, estuvo así todo el viaje, pero en ningún momento abrió la boca… Y no es como si quisiera escucharla parlotear porque aún tenía trabajo que hacer, pero algo de conversación no mataba a nadie.

El viaje en auto fue corto, llegamos antes de lo que esperaba, el equipo del yate estaba listo para darnos la bienvenida, mi ánimo fue oscurecido cuando reconocí una cara entre todas, Renata.

Renata era una de las más antiguas trabajadoras de la familia Humman, pero esa vieja zorra solo era leal a una persona, su madre. Ella era los ojos y oídos de su madre cuando no podía estar presente ella misma, si Renata estaba aquí era porque algo tramaba su madre.

-Morgan-palmeó la pierna de la pelinegra, se despertó de golpe un poco espantada.

- ¿Qué? ¿Qué, qué pasa? -se restregó los ojos, se quedó viendo fijamente por la ventana- ¿Me he quedado dormida? ¡Ya llegamos! - parecía sinceramente sorprendida.

-Morgan ponme mucha atención- reclamó la atención de la pelinegra que rápidamente voltee a verme- Vez a la mujer madura del grupo- ella asintió- se llama Renata, esa mujer ha trabajado toda su vida para mi familia, pero más específico para mi madre ella es como su mano derecha en las cosas familiares- Morgan volvió a ver por la ventana

- ¿Y que con eso? - preguntó ignorante del peligro que significaba Renata para el trato que teníamos.

-Renata es la espía de mi madre, todo lo que pase en el yate será de conocimiento de mi madre antes de que termine de suceder, si la corro será peor. Así que te pido Morgan que trates de soportarme lo mejor que puedas- pedí, dando un largo suspiro- Y podrías esforzarte por actuar un poco mejor lo de ser mi recién casada esposa, Por favor- esa palabra le sabía a ácido.

La pelinegra se lo pensó unos minutos- Muy bien Elizabeth voy a hacer lo mejor que pueda- dijo por fin, pero una sonrisa creció en sus labios, tenía cierta malicia- Con una condición…

Después de escuchar la condición de Morgan y aceptarla salimos del auto como siempre la pelinegra me ayudó a salir, pero esta vez me sujetó de la cintura para pegarme a su cuerpo y caminar juntas.

-Buenos días Señora Humman ¡Felicidades por sus nupcias! - nos recibió el capitán Beltrán- Mucho gusto señora yo soy el capitán Axe Beltrán- se presentó con Morgan, le tendió la mano como saludo, Morgan la estrechó con felicidad- Y esta será la tripulación que nos asistirá en este viaje, ellos son Renata enviada por su madre- me confirmó sutilmente- Gerd, Helge, Erika, Ingrid y el chef Milton.

-Mucho gusto en conocerlos a todos, mi esposa y yo les agradecemos que estén aquí con nosotras, ya sé que todo fue de último momento, así que les agradecemos infinitamente- se adelantó Morgan soltándome un minuto para estrechar la mano de cada uno de la tripulación- Bueno Cap. Beltrán ¿cuál es el plan? - preguntó con una sonrisa amigable.

-Bueno señora, ya todo está planeado para que pasen la noche en el yate, será mañana a media tarde que estaremos desembarcando en la isla Isadora- reportó el capitán de inmediato como si hubiese tratado con Morgan toda la vida- Esperamos hacer su estancia lo más placentera posible- terminó.

-Gracias- Morgan volvió a estrecharle la mano- Espero que no se moleste chef Milton, pero hoy quisiera cocinar algo para mi esposa, ya sabe presumir un poco, no quiero empezar a creerme que se casó conmigo solo por mi cara bonita- ríe, toda la tripulación se contagia con su broma soltando risitas- ¡Ya saben lo que dicen hay que conquistar primero el estómago! - volvió a cogerme de la cintura y beso mi mejilla.

-Como guste señora, la cocina será toda suya- concedió el chef.

-Genial, y por favor solo Morgan – le quitó formalidad al asunto- ¿Estás cansada nena? - me pregunto con una sonrisa coqueta que jamás había visto- Vamos, te llevaré a descansar un poco- me dijo nos despedimos de la tripulación y caminamos hasta el yate.

Morgan pasó primero para ayudarme a cruzar, abrió sus piernas poniendo una en el muelle y la otra dejándola en el yate, al principio pensé que solo me tomaría de la mano, pero me sorprendió al levantarme y cargar mi peso para hacerme cruzar al otro lado, estaba muy sorprendida de su fuerza, pero lo que más me llamaba mi atención fue la expresión en el rostro de Renata, estaba tan sorprendida como el resto de la tripulación al ver la hazaña de Morgan, o más bien del cómo reaccionaba con Morgan a mi alrededor, sinceramente también me sorprendo yo misma de la forma en que a veces actuó al lado de Morgan. Usualmente no me detenía hablar con la tripulación, y menos la saludaba, jamás dejaba que nadie tuviera el control más que yo, menos que me ordenaran, no permitía que nadie me hiciera ver inútil, pero Morgan había hecho todo eso junto en un par de minutos.

Solo espero que podamos seguir con la farsa el tiempo necesario para engañar a mi madre del todo.

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