Capítulo 28

—¿En dónde te habías metido, encanto?—cuestiono la rubia admirando su rostro— no me llamaste y tampoco me enviaste ningún mensaje. Pensé que la habíamos pasado bien.

Gil frunció levemente el ceño y en el tiempo que duro su silencio trato de recordar quien era esa chica, es decir, recordaba su rostro y su cuerpo desnudo, pero no su nombre.

—Perdóname, he estado ocupado—le dijo un tanto molesto por haberlo tomado desprevenido y también por arrugarle el cuello de la camisa.

Su mirada instintivamente buscó a la chica sentada del otro lado de la mesa, Ellie parecía asombrada, pero no de una buena forma, quizás estaba molesta por la interrupción y por la forma tan descarada de hablar de la chica.

—Tan ocupado para no tomar el teléfono. ¿Acaso te tienen de manos atadas?—expreso siguiendo la mirada de Gil y es que la mujer no se había percatado de la presencia de Ellie, así que una vez que la vio frunció el ceño molesta entendiendo por qué Gil no se había dignado a comunicarse con ella—¿Quién
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