Capítulo 39.
Capítulo 39.
narrador omnisciente:
Gabriela estaba sentada en el comedor. El desayuno seguía intacto sobre la mesa. No había probado bocado.
Jorge no había regresado a casa hasta bien entrada la madrugada, y cuando lo hizo, no cruzó palabra con nadie. Se encerró en el despacho y no volvió a salir. Gabriela, desde la habitación, le oyó llegar. Fingió dormir. No se atrevió a levantarse. Lo conocía lo suficiente como para saber cuándo no debía buscarle.
Fernando había cumplido su promesa. María le había contado que le había plantado cara a Jorge. Él estaba alterado, furioso, descolocado. Pero Gabriela sabía que aquella conversación no solo había herido su ego. Lo había golpeado donde más le dolía: en el control que ejercía sobre todo y todos. Y eso lo convertía en algo peligroso.
Pasó la mañana en silencio, revisando mentalmente la pequeña lista de cosas que debía hacer antes de irse. Porque se iría. De una forma u otra, tenía que hacerlo. Ya no podía seguir viviendo así, bajo vigilancia