Dante estaba en su oficina volviendo a leer la nota del rey, no tenía lógica… jamás habia demostrado interés en los hijos de otros mafiosos, entonces ¿por qué ahora? y ¿por qué con Lottie?
- Maestro – en eso el pelinegro fue interrumpido de sus pensamientos, donde alzo la mirada y vio que uno de sus sirvientes le pasaba una carpeta de cuero.
- Gracias, me avisas cuando lleguen mi hija y mi nieta para comer con ellas.
- Claro maestro ¿algún menú en especial?
- Hoy se me antoja algo de carne, dile al chef que sea creativo y que ponga algo de ensalada no quiero que Alessandro nos diga que no cuidamos la alimentación de su hija – menciono divertido.
- Ahora mismo le digo, por cierto, la jefa llamo y dijo que hoy ella ira con el encargado de compras para que se tome nota de los gustos de la señorita con respecto a sus marcas especiales de alimentos.
- Si que me contemplen en la salida, los acompañare y así me sirve para estirar un poco las un poco las piernas.
- Perfecto, con permiso