Mientras todos buscaban terminar de quitarse la pintura de sus cuerpos y los sirvientes empezaban los preparativos de la cena.
Justo en esos momentos llego Ricardo, donde paso a ver la habitación de los gemelos arqueando la ceja al ver la peculiar decoración, tras eso fue al estudio con Dante para hablar de ese tema especial y delicado.
- ¿Vino? – le ofreció Dante al tomar asiento junto a él.
- Tú si sabes – habló aceptando una copa mientras se acomodaba en el sillón – bueno Galo, te escuchamos.
- Am caballeros no deberíamos llamar a Alessandro…
- NO – dijeron los mayores.
- Galo sabes tan bien como nosotros que debemos tener cuidado con este tema porque no sabemos si mi hijo pudo a ver desarrollado algún trauma sobre lo que paso con Lucia.
- … - el castaño hizo una mueca ante esa opinión porque era lógico pensar en ese detalle, ya que sabía que su amigo era bueno ocultando sus sentimientos.
- Entonces podemos empezar con la primera pregunta ¿dónde? – dijo Dante saboreando un poco del