Contrato de Adopción con el Doctor Mafioso
Contrato de Adopción con el Doctor Mafioso
Por: Mel Polanco
Capítulo 1: Y No vivió Feliz Por Siempre

- Fernando tenemos que hablar… - dijo una joven de nombre Melissa.

- Cállate y escucha con atención porque solo lo diré una vez: quiero el divorcio.

- Qué…

- Lo que escuchaste ya me harte de ti y no quiero volver a verte.

- … - ella se quedó muda ya que no espero esa declaración, a la vez que buscaba no derramar ninguna lagrima en ese preciso momento – ¿por qué?

- ¿En serio preguntas: por qué? creo que eso es muy obvio, ya ha pasado un año desde que nos casamos y no has quedado embarazada, lo que significa que no me sirves ni como mujer.

- ¿En serio? si en este único año de casados apenas me has tocado como 5 veces y así me quieres embarazar – le reclamó ella apretando los puños ya que sentía que debía controlarse, aunque en su mente ya se imaginaba volándole los sesos a ese imbécil.

- Agradece que te he tocado, porque sabes ahora que hemos estado viviendo juntos me doy cuenta que me das asco – mencionó sonriendo de lado al ver que sus palabras nuevamente lastimaban a la mujer que supuestamente era el amor de su vida -. Y sabes ahora entiendo que cometí un grave error al casarme contigo.

- Si te daba asco ¿por qué me enamoraste? – indicó ella buscando verlo a los ojos –. yo dejé todo lo que tenía y a mi familia por ti.

- La verdad no me importa, ya que en este tiempo me di cuenta que a quien en verdad amo es a Natalia, ella si es una hermosa mujer.

- ¿Tu ex?

- Así que ahora mismo me darás el divorcio – dijo enseñándole los papeles –. Además es justo que reconozca como mi esposa a una hermosa dama como ella y quien es la madre de mi hijo.

- … - eso lo explicaba todo, por eso justo al regresar de su viaje de luna de miel, él pasaba más tiempo fuera en el “trabajo” y ella se quedaba sola con la orden de mantener limpia la casa -. Bien dame tu maldito papel, para que seas libre – declaró arrebatándole el papel para firmarlo y aventarle las hojas en su cara.

- Bien ahora lárgate y ni se te vaya a ocurrir pedirme alguna pensión porque no te daré nada – le dijo furioso al ver que lo que ella hizo.

- Como si necesitara el dinero de un pobre diablo hijo de mami como tú – mencionó ella girándose para salir de la casa solo tomando las llaves de su automóvil e irse.

Ella aun con ese dolor caminó con la cabeza en alto para subirse al vehículo, prender e irse alejando de ese horrible lugar.

Cuando ya estuvo a una distancia prudente empezó a llorar dejando salir todo el dolor que sentía en esos momentos.

Por dentro se sentía desecha y vacía, ya que todo lo que imaginó que sería su vida de casada jamás paso.

Había dejado todo por ir a su lado, buscando aspirar a tener una felicidad en una vida normal, pero la realidad fue igual o más cruel que el mundo de la mafia al que pertenecía ya que fue desechada a la primera oportunidad de un cambio.

Justo cuando ella manejaba de regreso a su casa, estaba meditando las palabras que usaría para disculparse con su padre, pero como estaba distraída no se percató de que un automóvil llevaba rato siguiéndola.

El cual aprovechó una oportunidad cuando ella tomó una curva algo cerrada para acelerar y chocarla, provocando que el automóvil se estrellara contra un árbol provocando que el motor quedara totalmente destruido.

Esa persona misteriosa frenó al ver como quedó el auto donde se bajó para ver que la chica esta inconsciente por loque solo le tomó una fotografía antes de sonreír y correr de regreso a su automóvil, encenderlo y pisar el acelerador para alejarse rápidamente del lugar… 

Pero de repente vio como un deportivo negro se estacionó frente a él, donde bajaron dos sujetos vestidos de negros y uno de ellos le disparó en la cabeza matándolo al instante.

- ¿Señor? – dijo el otro sujeto.

- Tch… esto representara un problema – dijo molesto – llama a nuestro contacto y que borre esa cámara de vigilancia.

- Sí – dijo girándose a llamar a sus contactos.

- Yo llamaré al jefe y que busquen limpiar el lugar.

- Señor hay alguien en el auto – dijo corriendo a ver el auto accidento –. oh no…

- ¿Qué pasa?

- Es Melissa Walton.

- ¡QUÉ! – dijo corriendo el otro para buscar ver y notar que solo estaba inconsciente, donde buscó llamar a su jefe –. jefe estoy en la carretera 21 y atacaron a uno importante.

- ¿Quién?

- La heredera Walton.

- Arreglen todo para que parezca que la salvo, que ellos tengan una deuda conmigo es una buena carta futuro y averigüen quién está molestando en mi territorio – declaró la voz al otro lado de la línea y termino la llamada.

- El jefe será el héroe, así que desaparece todo – ordenó donde su compañero asintió y subió al cadáver a su vehículo y ambos autos se alejaron rápidamente del lugar.

Tras unos minutos otro automóvil pasaba de forma lenta por el lugar, a bordo de este estaban un padre y una niña pequeña de 5 años, quienes estaban regresando a casa después del trabajo y de unas compras del super.

- Api – dijo la pequeña niña quien en llevaba un vestido color lila de manga larga y su cabello estaba amarrado con dos colitas con pompones. Estaba sentada en su silla especial abrazando su perrito de felpa. 

- Dime mi amor – contestó su padre que tenía el mismo pelo rubio con uniforme quirúrgico y su bata blanca. 

- Mia – ella estaba parpadeando grandes ojos azules y señaló tocando la ventana del auto.

- ¿Eh? – el señor bajo la velocidad del auto para ver lo que le enseñaba su pequeña y al ver a la izquierda vio un horrible accidente –. Oh dios… - dijo frenando –. Lottie mi amor, no te muevas, ya vengo – indicó bajando del auto y corriendo a ver el accidente.

En eso el rubio buscó abrir la puerta del vehículo, quitarle el cinturón a la chica para sacarla, con cuidado la recostó momentáneamente en el suelo para analizar el cuerpo de ella y notó que solo estaba algo golpeada y con pocas heridas profundas.

- Parece que tienes suerte – susurró volviendo a cargarla para fingir estar un preocupado mientras regresaba al auto con su pequeña.

- Api ¿qué paso nina? – preguntó la pequeña al ver a la chica son manchas rojas por el cuerpo.

- Tranquila mi amor, ella está bien solo se golpeó y le salió un poco sangre – mencionó mientras la acomodaba en los asientos traseros, buscando taparla con algunas sabanas para que no se manchara el auto mientras retomaba su camino a su casa – llevaremos a la niña a casa para curarla ¿te parece?

- Sí, auda – indicó feliz la menor provocando una sonrisa en su padre.

Al llegar a su casa, con cuidado bajo del auto a su pequeña y abrió la puerta para luego meter a la chica.

Buscaría arriesgarse a los problemas de lidiar con ella cuando despertara porque en verdad deseaba que por esa noche su pequeña durmiera en su cama y no en la guardería del hospital.

Buscó acomodar a la chica en su cama y con cuidado le saco sus ropas, le limpió sus heridas, vendo y le colocó ropas limpias; tras asegurarse de que ella estuviera bien fue a ver a su hija para acostarla a dormir.

- Api ¿y nina? – preguntó la pequeña, la cual en esos momentos se dejaba colocar su pijama.

- La niña está durmiendo en mi cama para que descanse bien y por eso hoy yo dormiré contigo, ya que ella estaba malita.

- Oh – indicó dejándose acostar por su papi.

- Es como cuando tú te enfermas y busco cuidarte.

- Sí se – dijo feliz riendo.

- Ahora, vamos a dormir ¿o quieres un cuento?

- ¡Cuento! ¡cuento! – dijo feliz ella riendo mientras se dejaba tapar por su papá, quien se acomodó a su lado para empezar a leerle.

A medio cuento la menor se durmió, donde su padre le dio un beso en la frente antes de salir con cuidado del lugar para ir a revisar a la chica donde se puso algo serio para inyectarle un poco de somnífero para asegurarse que durmiera toda la noche.

- Lo mejor es que duermas y así tu cuerpo se cure solo – habló serio el rubio – Aunque me pregunto ¿quién sería tan estúpido para atacarte? – haló para si mientras acomodaba las sabanas de ellas antes de ir a descansar un poco al sofá de su sala.

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