— Pero yo sigo enamorada de ese idiota, y me pregunto cómo estará.
A bastantes metros de distancia, se encontraba Leonardo, con una enfermera a su lado. Lo único que quería en ese instante era escaparse corriendo del hospital y rogarle a Olivia que se quedara, pero estaba tan molesto y sabía que ella se quería marchar de su lado hace mucho tiempo. Y no sabía por qué la seguía reteniendo.
—Puedes retirarte, quiero dormir. — dijo bruscamente.
Enfermera: Señor, me tengo que quedar aquí para cuidarlo, ¿eh?
—Vete — demandó sin mirarla.
La enfermera pronto tomó su cartera y desapareció. Leonardo estaba cansado de tener a alguien que no conocía a su lado intentando buscar un tema de conversación. Él era sincero, si no le agradaba a alguien, lo decía y listo. Tomó el teléfono, lo hizo con brusquedad, buscando el contacto de Olivia. Buscó las opciones, y la eliminó.
—Si no me quieres en tu vida, pues no estaré. — gruñó. Aunque pronto se arrepintió, cómo la echaría de menos y le dolía. Quería l