“Tengo que ir a la empresa, vamos”, propuso mientras avanzaba. Emma hizo una mueca, quería seguir paseando con su padre y había soñado con tomar un helado.
“Ibamos a comer un helado”, comentó Emma con lágrimas en los ojos.
Briana se sintió triste.
“Tengo que ir a trabajar”, comentó Lautaro sin mirarla.
“¿Puedes detenerte y mirar a tu hija?”, preguntó Briana molesta, ya que Lautaro siempre había puesto por encima de todo a cualquier cosa menos a su hija.
“¿Qué?”, preguntó desganado, y en cuanto vio a Emma al borde del llanto, se dio cuenta.
“Lo lamento, cariño. Vamos a comer un helado”“, dijoLautaro.
“
“Sí”, exclamó Emma con felicidad mientras abrazaba a su padre.
Briana pasó por su lado y dijo:
“Todavía tienes muchas cosas importantes, solo que tú no te das cuenta".
“¿Quieres subirte a mi regazo, cariño?”, preguntó a Emma.
“Sí, papá”, respondió.
Juntos avanzaron en la silla de ruedas.
Después llegaron a casa, Emma estaba feliz porque había tomado helado con su padre. Briana decidió