Capítulo 86: Entre las sombras

—Ya hablé con los oficiales y abrieron un caso para encontrarla —comentó David.

—Oh, esa mujer se ha vuelto loca —Delia juntó ambas manos.

—Mira nada más cómo te dejó —Arrugó la frente.

Delia tenía varios rasguños en la cara que le dejarían cicatrices, y un moretón en el brazo. Le contó a su jefe que forcejeó con la mujer para quitarle al niño, ya que Mateo no dejaba de llorar porque no se quería ir.

Los padres de David llegaron en un abrir y cerrar de ojos después de ser avisados por su hijo.

—¡David! —Su madre lo abrazó—. ¿Sabes lo humillante que fue para nosotros toda esta noticia?

—Mamá, no empieces.

—Prepararé el té —Delia se marchó con una reverencia.

—No debería de preocuparte ya ese niño, no es tuyo —refutó la señora, molesta—. Y pensar que le dimos muchos juguetes.

—¡Rowena! —su marido la regañó—. No le hagas caso a tu madre, David. Tal vez lo mejor sea no seguir fingiendo ser el padre de ese niño, pero tampoco deberías permitir que esa mujer se salga con la suya.

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