— ¿Teo? — Los ojitos del niño se abrieron como platos al escuchar la voz de su hermana llamando desde la puerta — Hola…
— ¡Lara, eres tú! — Saliendo de la cama para ir a abrazar a su hermana entre saltitos de alegría — ¡Eres, tú, eres tú!
— Mi niño, ¿Cómo has estado?
— Extrañándote, Lara… — Mirándola con los ojitos húmedos — Pero, ¿Por qué volviste tan pronto? ¿Ya se pelearon, tuvieron problemas? — Preguntó con preocupación.
— ¡No! — Soltando una risita juguetona mientras lo arrastraba de regreso a la cama — No es nada de eso, el padre de Waylon tuvo un accidente y tuvimos que volver…
— ¿Y está mal?
— No. Gracias al cielo no fue grave, pero igual nos necesita, así como tú — Dándole un toquecito con los dedos en la punta de la nariz.
— ¿Y vas a contarme como es Hawai? — Preguntó con ilusión.
— ¡No seas chismoso! — Con un empujoncito juguetón en el hombro.
— ¡Vamos, Lara, cuéntame! — Casi rogó.
La rubia lo envolvió entre sus brazos y se acomodó a su lado.
— ¡Es hermoso! Hay volcanes, m