Tan pronto arribaron a Houston se dirigieron sin perder tiempo al hospital, hallaron a Walter acostado en una cama con una pierna levantada y enyesada, una pequeña venda en la frente cubriendo un raspón y demacrado por el susto, el mal momento y la molestia de haber importunado la luna de miel de Waylon.
— ¡Papá! Por todos los cielos, ¡Te ves terrible! — Waylon se acercó apresuradamente para tomar su mano y observarlo por todas partes analizando los vendajes y la pierna inmovilizada.
— Pues, ¡Gracias! Por la parte que me toca, hijo — Respondió el viejo con una buena carga de ironía.
— Papá, perdona mi franqueza, pero no recuerdo haberte visto tan pálido desde… — Iba a decir que desde que su madre murió, pero algo se le quedó atorado a mitad del camino en la garganta — Desde hace mucho, eres un hombre con una salud muy fuerte, no me gusta verte así.
— Supongo que te malinterpreté — Dijo sonriendo e intentando sentarse, pero la inclinación de la cama clínica no se lo hacía fácil.
Lara s