— Hola, ¿Cómo vas con los pasteles? — El móvil de Lara volvió a la vida con un mensaje de texto.
La rubia leyó y sintió cómo se le arrebolaban las mejillas.
« ¿Hasta ahora preguntas? »
— ¡Los pasteles van con muchas nueces! — Tecleó de vuelta mientras respiraba profundo y se terminaba su trago. La empleada les había traído un vino rosado para pasar el sabor de las pruebas, y Ashley continuaba revisando las listas interminables de los preparativos para la boda.
Waylon leyó el mensaje y enarcó una ceja.
« ¡Mierda! No le advertí a Lara sobre las nueces », llevándose la mano a la frente en un golpe sonoro. Duncan se le quedó mirando, estaban a media junta con los inversionistas indios y había mucho dinero de por medio.
— Amigo, deja el estúpido teléfono — le advirtió por lo bajo en medio de la presentación del nuevo proyecto.
Waylon se apresuró a contestar.
— ¡Lo siento! No recordé ese pequeño detalle — y apretó “enviar”
El móvil sonó de nuevo y Lara dejó escapar un silbido bajo antes de