Lara se apresuró a correr de regreso a la casa sin siquiera mirar atrás. Necesitaba poner distancia entre ella y Waylon o se arrepentiría.
« No mezcles el trabajo con otra cosa, Lara; necesitas mantener la cabeza fría y en su lugar ». Se reprendió más tarde cuando se vestía para la cena.
Estaba dándole los últimos toques a su maquillaje con la ayuda de un tutorial, no acostumbraba a arreglarse tanto, cuando él cruzó por la puerta.
— Ya estás, lista… — apenas pudo articular, desviando la mirada con dificultad y proponiéndose firmemente a mantener las relaciones contractuales a raya.
— Sí, no quiero hacerle un desplante a tu padre, estamos en la cuerda floja, es mejor no darle motivos para que se enoje.
Él sonrió. Si se estuviera casando de verdad, seguramente su prometida no sería tan cuidadosa en mantener las buenas relaciones con el suegro, ni sería tan inteligente para no cabrear a Walter Scott por una nimiedad como la puntualidad en la cena.
— ¿Tardarás mucho? — Ella lo miró de reoj