El ejecutivo se había quedado viendo a la secretaria de Waylon como si le hubiera crecido una segunda cabeza, pero la mujer no se dejó intimidar.
— ¿Qué? — Preguntó levantando la barbilla — ¿Es tan terrible que un hombre quiera complacer a su esposa? — Mirándolo de arriba abajo con un deje de desprecio — ¡Ya sé por qué sigues soltero!
Mientras tanto, abajo en las escaleras del sótano Waylon corrió hasta el estacionamiento y subió a su auto con rapidez, verificó la dirección de la escuela en su móvil y puso en marcha el motor.
Tal como Lara había dicho, el lugar no estaba lejos, solo le tomó unos minutos en llegar. Observó la congestión y busco un espacio libre en donde apenas si cabía su deportivo.
Detuvo el auto tan cerca de la entrada como pudo, había una fila de vehí