Ashley lo vio desaparecer mientras una enorme sonrisa se dibujaba en su rostro, la satisfacción que sentía ahora solo podía compararse al día que por fin había logrado aliarse con Rowdy para hacer más dinero del que hubiera pensado tener en la vida.

La mujer se apresuró a recoger la habitación y a darse una ducha para salir a trotar, asumiendo que su vida era genial y absolutamente perfecta a pesar de la ausencia de Rowdy durante toda la noche. Los aires de triunfo eran geniales, para variar.

Waylon arrastró su pobre humanidad hasta su habitación, y se dejó caer sobre la cama. Necesitaba con urgencia una píldora para el dolor de cabeza, pero se sentía atormentado.

Atromentado y sin completo control de su cuerpo, mil cosas pasaban por su mente, pero era incapaz de poder levantarse de nuevo para hacer algo. Él no era así, casi no podía reconocer al hombre tirado sobre la cama, pusilánime, ebrio, y con un enjambre en la cabeza. Definitivamente el Waylon real nunca habría optado por vengar