Capítulo 18.- Liberación.
Mauricio
¿Sentí celos?, claro que sí, tanto que estuve a punto de romperle la cara al idiota de Luigi. Se cree que con esa cara de idiota tiene a todas las mujeres a sus pies. Lo que él no sabe es que sé sobre su gran secreto y por ello lo tengo que alejar de mi princesa.
Otra cosa que tengo entre ceja y ceja es al idiota de Evans, no es conforme con ser un mujeriego de primera, sino que también quiere joderle la vida a ella y eso no lo voy a permitir.
Aún recuerdo el enfrentamiento que tuvimos en el club. Al darme cuenta de que la estaba obligándo a hacer algo que ella no quería, hizo que la sangre me hirviera y me abalancé contra él.
Sabía perfectamente cuáles eran las consecuencias de alterar el orden público, pero eso me vale tres hectáreas de zapatos por no decir otra palabra.
Haciendo a un lado esos malos encuentros subo al interior de mi auto para dirigirme a mi departamento. Por todo el camino no dejo de recordar ese beso eufórico que nos dimos en el consultorio.
No voy a nega