El deseo eclipsa por completo a la cordura.
Sebastián
El sonido fuerte de mi respiración es lo único que rompe el silencio que me envuelve. Mi oficina, pulcra e impecable ahora es un tiradero. Sigo sin creer en las exigencias de esa demente. Pero se equivoca si cree que ganó algo al venir hasta aquí con sus amenazas.
—Elena —grito y al instante la puerta se abre.
Mi asistente enmudece al ver el tiradero, alza la mirada hacia mí y se da cuenta de que no es buena idea hacerme perder aún más la paciencia.
—Señor, ya casi es la hora en que quedó de ver a su esposa —informa recordándome la reunión con los abogados.
—Bien. Necesito que te encargues de que Rowan King, consiga una orden judicial para una prueba de ADN entre el hijo de Anastasia Moore y yo. —Veo como abre los ojos con