La esperanza se extingue poco a poco
Amelia
Mi pulso se acelera y siento que no puedo respirar. Su mirada serena se torna retorcida en un instante. Es como si sus otras dos personalidades fuera nada en comparación a esta que me muestra sus verdaderas intenciones: mantenerme viva hasta que el momento de ejecutar su plan se lleve a cabo. ¿Entonces que son todas esas llamadas? ¿Las instrucciones que le dicta en cada una? ¿Un juego?
Juega con ambos. Alimenta la esperanza en los dos sabiendo que nunca se hará realidad. Sabiendo que Sebastián y yo nunca volveremos a estar juntos. Una lágrima se desliza por mi mejilla. Ella tiene que entrar en razón, tengo que hacerle ver que lo que hace no está bien, que existen otras formas.
—Lo lamento, pero tengo que vengar la muerte de mis padres —dice con una ligera sonrisa flotando en sus labios.
Tomo aire por la boca.
—¿Y piensas que tu madre estaría orgullosa de lo que estás haciendo? —inquiero tratando de apelar a su humanidad si es que aún le qued