En silencio escucho tu respiración y me siento perdida. Sin control.
Amelia
Tres días después del entierro del señor Falcó, decidimos que lo mejor era mudarnos a la casa familiar de Sebastián, ha pasado una semana desde entonces y aunque al principio mi esposo me había cedido su habitación para mí sola, la verdad es que desde el primer segundo, no podemos permanecer mucho tiempo separados el uno del otro.
Pero ya no es algo meramente sexual, no quiero mentirme a mí misma, pero estoy segura de que él siente lo mismo. Estoy completamente segura de que nos unen muchas más cosas, el sexo no solo es genial… es explosivo, maravilloso, con cada orgasmo me hace sentir que mi alma transciende a un plano distinto.
Además, las cosas que me hace, esa perversión que me hace humedecer incluso antes de tenerlo en frente. Cierro los ojos y vuelvo a las sensaciones que me provocó durante la noche, mi vientre vibra y duele ansioso por volver a experimentar algo tan intenso. Era como si mi cuerpo se que