La vida se me escapa de las manos.
Sebastián
El silencio en nuestra habitación es ensordecedor. La cama se siente fría sin ella, toda esta casa reciente su ausencia. Creo que he pasado mil años de pie frente a la ventana, observando hacia el exterior, esperando ver su auto ingresar, mientras sostengo sus anillos en una mano y la nota que me dejó en la otra. No sé cómo pude jurar alguna vez que era inmune a los sentimientos, como pude creerme mejor que esto.
Caí en la trampa de Anastasia y todo en mi mundo se volvió un caos. Amelia es la única que puede controlar todo esto que siento por dentro. Solo ella tiene ese poder sobre mí. Y la perdí. Me estremezco al sentir un frío helado, recorrerme la espalda, es una sensación visceral, una punzada en la boca del estómago. Como un presentimiento de que las cosas están por empeorar un poco más. Dejo salir el aire atrapado en mis pulmones a la vez que me recrimino mentalmente por pensar en estupideces de ese tipo.
Jamás he sido un hombre de p