Quiero creer, te juro que quiero hacerlo.
Amelia
El aroma del té Earl Grey y de las galletas de mantequilla flota en el aire impregnando la atmosfera con su exquisitez. La porcelana fina en mi mano se siente increíblemente delicada, un contraste total con el peso de la decisión que delibera la reina con elegante sutileza. Mantengo la espalda recta, la taza en el ángulo exacto, consciente de cada pequeña regla de protocolo que se me enseñó. A pesar de que la Reina me asegura que es una reunión informal, cada fibra de mi ser, grita respeto. Es la mujer más poderosa de todo Reino Unido.
La conversación transcurre con normalidad, había pensado que quizás los nervios me harían cometer algún error, pero aquí estoy sonriendo con tanta naturalidad, que cualquiera que nos viera diría que pasar tiempo con la reina es mi hobby favorito Y aunque no me he podido sacar del todo de la cabeza a Sebastián y su historia, me siento a gusto.
Tomo aire por la nariz llenándome los pulmones cuando la veo ba