Capítulo 24: La apacible Venecia.
Tatiana se internaliza en el trabajo, se toma muy en serio su labor, mientras que Benjamín la acompaña por los terrenos, donde se ejecuta la obra y repentinamente, siente un pequeño mareo:
—¿Tati te sientes bien? ¡Estás muy pálida! Ven sentemos—indica Ben y la mira muy fijamente.
—Si ya estoy bien.
—Si quieres, puedes ir al hotel a descansar un poco.
—No, estoy muy bien Ben—se levanta y sigue con su trabajo. Por su parte, Ben la mira con rareza.
A la obra se incorpora Pierre, para constatar con van los avances de su posada. Enseguida se le arrima a Tatiana:
—Todo está quedando de maravilla, ya en unos meses, el proyecto estará culminado.
—Sí, todo marcha a pedir de boca.
—¿Sola ejecutas todo? ¿Dónde está tu jefe? Si se le puede llamar así—arquea Pierre el entrecejo al referirse a Pierre.
—No lo sé, seguro está por llegar.
—Mira que, irresponsable no entiendo a que ha venido. Seguro a figurar, patiquines como ese sobran en este mundo—Tatiana lo mira de reojos.
—Seguro tuvo un