Han pasado siete largos meses desde que Rut desapareció y yo ya no tengo vida, no hay nada que me haga sonreír. Al principio no podía ni trabajar por lo que mi padre tuvo que volver a la empresa, pero lo estaba haciendo todo mal y luego de todo lo que hice para salvar la empresa una vez más se estaba yendo al carajo con todo y la inversión que habían hecho las hermanas Hernández.
Después de durar tres largos meses buscando a Rut hasta por debajo de la tierra sin encontrar ninguna señal de ella, me vi en la obligación de reflexionar sobre todo y aunque nunca voy a dejar de buscarla decidí volver al trabajo.
Me refugié en la oficina y trabajé de día y de noche, mientras mis detectives privados se esparcían por todo el mundo buscando a Rut, pero parecía que la tierra se la hubiese tragado.
Estaba en mi oficina trabajando como siempre, a estas alturas no solo había sacado la empresa adelante, sino que también la había convertido en la más grande de toda américa latina con sucursal en casi