Ella se liberó de su abrazo y su rostro se ensombreció. Un rastro de indiferencia coloreó su mirada cuando dijo:
—Se hace tarde, así que me iré ahora.
—¿Eso? —Ralph quedó desconcertado.
Tenía la intención de invitarla a ver una película y tenía varias tácticas en mente para ganársela. No podía entender por qué ella deseaba partir tan abruptamente cuando todo parecía perfectamente bien hace unos momentos.
Perplejo, la observó preparándose para irse. Antes de que pudiera caminar mucho, él tomó su mano.
—Heather...
Dudó y se corrigió:
—Annie, dime qué pasa. Quiero saberlo de ti. Eres apasionada en un momento y fría al siguiente. Me está volviendo loco...
Hannah se giró y lo miró, luego miró sus manos entrelazadas, dudando en hablar.
—Annie, dime honestamente por qué no estás satisfecha conmigo. No sé qué hacer cuando estás así. No sé qué debo hacer para hacerte feliz.
La ansiedad era evidente en su rostro y su mirada contenía sinceridad. Hannah lo contempló y sacudió