"¡Mientras sigas viva, podrás tener hijos para Joshua y vivir feliz para siempre! Por eso...".
Aura entrecerró los ojos y continuó con voz fría: "¡Estoy dispuesta a dejarlos ir a todos, excepto a ti!".
Su mayor deseo desde joven era ver a Luna muerta, y sin otra salida, ella tenía que matar a Luna. De lo contrario, ¡su vida no tendría sentido!
Justo cuando Aura estaba a unos cuatro o cinco metros de Luna, la electricidad se cortó con un chasquido.
Probablemente, el fuego se había extendido a la sala de control de la villa, provocando que la caja del circuito eléctrico principal se dañara.
A pesar de ello, la villa seguía tan luminosa como el día.
Las llamas iluminaban el rostro de Aura con tanta intensidad que la hacían parecer grotesca.
Luna se agarró a la barandilla con tanta fuerza que sus manos comenzaron a sudar. Ella se mordió el labio y dijo: "Aura, tú y yo somos hermanas. ¿Cómo llegamos a este punto? Te traté como mi hermana toda la vida".
"¡Pues yo nunca te consideré