El juego pasó si mayores inconvenientes, además del hecho que el equipo de Matías ganó al de Gerard por siete goles a dos.
Las mujeres les ofrecen algo de beber, Charlize le entrega un vaso de limonada a Matías, quien se lo bebe de una vez.
—¿Quieres ducharte? Sé que siempre traes una muda de ropa en el auto, así que podrías ir a mi habitación.
—No te preocupes, princesa…
—Puedo ayudarte a quitarte la playera, sargento.
—Ok, voy por el bolso…
—Aquí lo tengo —le dice ella señalando al lado de la silla y Matías se ríe.
Toma el bolso con una mano, con la otra la cintura de su mujer y caminan a la casa. Nadie los interrumpe en su camino, se encierran en la habitación de Charlize y luego se quitan la ropa desesperados, como si hace mucho no hicieran lo que piensan hacer.
Matías la toma por la cintura, la levanta y ella lo rodea con sus piernas. Sin esperar a llegar, Matías se entierra en ella y así, con los movimientos de Charlize, camina al baño para «quitarse el sudor».
En lo que se vist