Capítulo 38

—Mamita, ¿hoy no te vas a poner brillitos en la boca? Me gusta cómo se ven los brillitos en la boca.

—Me los pongo después de lavarme la boca, tú tómate la leche. Arlen, ¿puedo pedirte un favor?

—Claro, el que quieras —me dijo con su sonrisa. Me sonroje.

—Bueno, en realidad son dos; cuando ocupes algo —le dije señalando el café y la azúcar

—. Lo pongas de nuevo en su lugar y laves el traste que ocupes.

—Lo siento —me dijo confundido.

—Son las reglas de la casa, y tú enano ayer no llevaste el vaso al fregadero —le dije a Ethan. Arlen se acercó al fregadero y enjuagó la taza.

—El jabón y la esponja no te van a morder. No solo enjuagues la taza, lávala.

Arlen se rascó la cabeza y Ethan soltó su risita. Cuando terminó, Ethan tomó su vaso de leche y yo mi plato de fruta y los llevé al fregadero para lavarlos. Ethan y yo regresamos al baño y nos lavamos la boca. Vi la hora y tenía el tiempo algo justo, pero entré a mi recámara y apliqué un poco de máscara de pestañas y gloss. Salí corriendo
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