CAPÍTULO 73: FUNCIONÓ… CASI
Vanessa
El día de la boda de mi medio hermano y Maddison ha llegado.
Por supuesto, no tengo intención de asistir. Sería ridículo estar presente entre ese grupo de hipócritas que van a fingir alegría mientras beben champagne barato y lanzan arroz como si algo realmente mágico estuviera ocurriendo. No, mi lugar está aquí, al margen, donde realmente puedo observar el juego desde arriba.
Después de todo, no necesito estar presente físicamente para causar estragos.
Hace unos días, Vivian Kingsley me entregó un regalo envuelto en la más pura malicia: un video que lo cambiaría todo. Lo había obtenido gracias a una cámara que ella misma había plantado en el pent-house de Derek. Una cámara escondida en el lugar más íntimo.
Lo confieso: cuando vi ese video por primera vez, mis manos temblaron de la rabia. Ver a Derek con Maddison, su cuerpo sobre ella, el deseo marcado en sus gestos, su voz ronca, susurros que deberían haberme pertenecido a mí… Fue como una puñalada