CAPÍTULO 148: TRAMPA DE SANGRE
Andrew
No debería estar aquí.
La idea me golpea una y otra vez mientras camino por ese pasillo de paredes grises, con mi apellido colgando del cuello en una tarjeta de visitante. Nadie me detiene, nadie cuestiona nada. Ser un Beaumont todavía abre puertas, aunque el nombre ya no me pertenezca.
La sala de juntas está medio vacía. La reunión acaba de terminar, y los asistentes se dispersan entre murmullos y tragos tibios. No hay cámaras, ni demasiados testigos, pero sé que aquí no va a soltar nada que no deba. Gregory nunca se ensucia en público.
Así que espero. Lo sigo a distancia, con la credencial que me robé del archivo de uno de sus asistentes. Me cuelo en el pasillo contiguo y espero hasta que lo veo entrar a su oficina. La puerta no se cierra del todo. Tengo suerte, o quizá ya estoy maldito.
Me acerco sigiloso. El celular ya está grabando, sostenido por mi chaqueta. Solo necesito el audio.
—Sí —dice Gregory, con voz seca, al teléfono—. No, no me imp