13. ¡En marcha!
Después de varias noches en vela o durmiendo muy poco, debido al malestar de Dash, finalmente, pudieron descansar y sumirse en un sueño profundo. Regina durmió en la cama junto a su pequeño, quien solo despertó una vez en la noche para comer; mientras que Serafina durmió en el pequeño sofá, donde concilió el sueño con comodidad.
El sol no había salido, pero los cascos de los caballos y el revuelo dentro de la casa hizo que Regina se despertara. Moría de ganas de seguir durmiendo, sentía todavía su mente y cuerpo agotados, aunque estaba mucho mejor que los días anteriores.
—Serafina… —susurró, intentando no despertar a Dash. La doncella hizo una mueca en el sofá y continuó durmiendo, lo que hizo reír a Regina. Ya no sabía cuándo había sido la última vez que lo había hecho.
Regina se levantó con cuidado de la cama, caminó hacia la letrina y evacuó su vejiga, que estaba por estallar. En la noche no había visto las cosas que Serafina había comprado para ellas, pero lo agradeció, pues ll