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Sentí que era necesario.

Me levante muy temprano por la mañana. Alejandro parecía estar muy cansado, así que no dude pasar mis manos por su cabellera castaña. Bese sus labios con delicadeza para después ponerme ropa deportiva. Era muy temprano, pero suponía que, para mí, no era lo suficientemente tarde. Había pensando en esto toda la noche y sabía que tenía que hacerlo. Pedí al chofer en turno que me pudiera llevar con la tatuadora personal de mi esposo, la cita era muy temprano.

Y mientras el auto se paseaba por toda la ciudad, solo podía pensar en mi esposo. Era lo único que tenía en esta vida, mientras que su familia se ha convertido en la mía. Sentía que lo que en este momento, estaba a punto de hacer era justo y necesario.

Al llegar al estudio de tatuajes, puedo ver a una mujer que esta tatuada de los pies a la cabeza. La mujer de ojos cafés al verme, se levanta de su asiento.

––Tú debes ser la esposa de Alejandro, ¿verdad? ––La chica me mostro su dentadura llena de prostéticos.

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