No recuerdo haberla visto tan susceptible a mí desde que nos conocimos. Bárbara siempre trató de mantenerse fuerte y estable, pero también tenía sus debilidades. Y beber podría ser uno de ellos.
- Nunca volveré a beber vino... Nunca, en toda mi vida. Me duele la cabeza... Y todo da vueltas... Demasiado rápido.
La llevé a la ducha y abrí la ducha, dejando correr el agua fría. Ella gritó y trató de alejarse tan pronto como sintió el agua.
Le quité la ropa, tratando de no ponerme dura. Pero era imposible.
- ¿Hagamos el amor ahora? Ella arqueó una ceja burlonamente.
- Luego. – me escuché decir.
Joder, ¿quién eres tú, Héctor? ¿Cuándo en tu vida te has negado a que una mujer desnuda te quiera?
La cosa es que ella no era una mujer cualquiera. Ella fue la mujer de mi vida, la única que amé y no sé si sentiría por otra como yo sentí por ella.
La empujé suavemente bajo la ducha y terminó aceptando el agua helada. Le tomó casi cinco minutos apretar el tubo de champú, sin parecer saber cómo hacer