- ¿Usted la conoce? – la mujer miró a Anon 1.
El asintió.
- El Sr. Casanova mandó entrar a la chica. – dijo Anónimo 2.
Ella se apartó de mi camino, a regañadientes. Le di una sonrisa irónica y no pude evitar disparar:
- Estoy cerca de lo de Anon . – parpadeé.
Entré acompañado de los dos gigantescos guardias de seguridad, uno a cada lado, haciéndome sentir aún más bajo de lo que ya era. Ni siquiera alcancé sus hombros.
- Está bien, Anon 1 se encarga del hijo Casanova.
- Anon 2 del padre Casanova. ¿Estoy correcta? Él sonrió, sacando el tema.
- No... Mi nombre no es Anon. - Dijo Anon 2. - Soy Otávio.
- Lo siento, Octavio. La seguridad del Sr. Casanova, ¿eso?
Él asintió, luciendo hostil.
- Te reconocí. Bueno, encontré la cartera del Sr. Allan Casanova en el ascensor y vine a entregársela personalmente. Tú sabes cómo es...
- ¿Me sigue, señorita? – Anon 2 no recordaba mi nombre.
- Bongiove. – Anon 1 respondió por mí.
¿Qué sentido tenía decir siquiera que mi apellido era Novaes? El hombre ju