- Mandy, encantada de conocerte. Héctor le estrechó la mano cortésmente.
- No sé si debería decir lo mismo, Casanova - me miró de pies a cabeza - Por Dios, ¿qué te pasó?
- Abuela, es una larga historia.
Levantó mi rostro, tocando su cuello:
- ¿Qué pasó, niña? Esto... es horrible.
- Era Daniel.
Se sentó en el sofá, tirando su bolso a un lado, apoyando la cabeza en el respaldo.
- Abuela, ¿estás bien? Por favor dime que si. - Me senté, preocupado, a su lado.
- Dime que todo está bien con Maria Lua.
- María Lua está a salvo en su habitación.
- Dios, ¿hiciste todo esto por esta chica? – sus labios temblaron – Nadie te quitará este niño, mi amor. Yo juro. ¿Qué hiciste con el dinero?
Bajé los ojos, temeroso de decir la verdad.
- Vamos, Babi... La verdad. - Ella pidió.
- Se lo di a Breno y Anya.
- ¿Breno y Anya? ¿Que dinero? ¿De que estas hablando? – preguntó Héctor.
Mandy analizó a Héctor y me preguntó:
- ¿Aún no le has dicho la verdad?
- Parte de ello... No todo.
- Ya lo sabe... Que... ¿Es