95. El limbo
Entonces su voz retumbó en el aire: —Puedo sentir su presencia… ¿por qué los humanos han entrado en este bosque?
Karim y Oliver supieron que habían sido descubiertos. Sin más opción, descendieron hacia el claro.
—Solo hemos venido a recuperar ese cuerpo —dijo Oliver, dejando caer sus armas y haciendo una reverencia.
El Dragón se movió. Su colosal cuerpo formó una muralla viva que rodeó el cuerpo de Mariel. —Que tantos humanos vengan hasta aquí sabiendo que podrían morir… Esa joven debe ser muy importante en su mundo.
—Es muy importante para mí —respondió Karim—. Solo por eso estamos aquí. Si nos la entregan, nos iremos en paz.
Antes de que pudieran recibir respuesta alguna, notaron cómo las criaturas comenzaban a reunirse nuevamente, esta vez trayendo consigo prisioneros.
—Todos fueron capturados —dijo el lobo mayor, líder de la manada—, tal como pidió mi señor.
—Por favor, no vinimos a hacer daño —intervino Matías, intentando calmar la situación.
El dragón observó detenidamente a los