96. Ella no está muerta... pero quiere venganza
Anthony se acercó con cautela. Sabía que ella sufría, y quería hablarle. —Yo… lamento lo que pasó —dijo con voz baja.
—¿Por qué? Tú no me hiciste nada.
—Es cierto. Nunca te hice daño, pero tampoco te ayudé. Pensé que alejarme de ti era lo correcto… por mi compromiso con Miel. Creí que ella era especial porque me salvó en este bosque. Pero fuiste tú.
—Tú también me salvaste ese día. No me debes nada.
—No lo entiendes. La imagen de esa chica fue lo que me mantuvo comprometido todo este tiempo… hasta ayer, cuando supe quién eras. Ahora sé que no me casaré.
Mariel levantó la mirada, sorprendida. —¿No te casarás porque no fue Miel quien te salvó?
—Así es. No la amo. Y creo que nunca podré hacerlo. No merece una vida así.
—Ya veo —dijo ella, sin expresar emoción. Estaba concentrada en aceptar la pérdida de su hijo, y las palabras de Anthony, aunque sinceras, no lograron atravesar la armadura que ahora protegía su alma.
Anthony sabía que eso no era importante para ella, pero no encontraba la